1.- Adaptabilidad. Lo que conocemos por tecnología ergonómica o adaptable al ser humano. La gran flexibilidad del grafeno permitiría que las pantallas fuesen hiperflexibles, plegables y por supuesto seguirían siendo táctiles lo que posibilitaría adaptar el teléfono a la fisonomía del ser humano.
2.- Velocidad y calidad en la comunicación. El uso de grafeno en los nanocircuitos o en los chips integrados otorgaría mayor velocidad de transmisión que se traduce en comunicaciones más efectivas y de calidad. Recientemente hemos probado con un chip de grafeno+silicio y el resultado ha sido más que satisfactorio.
3.- Dureza. El grafeno es un material ultra resistente. Es 200 veces más duro que el acero, por lo que haría de los smartphones dispositivos mucho más resistentes que los actuales y otorgaría una fiabilidad mayor ante golpes, arañazos y otros inconvenientes.
4.- Ahorro de energía. El uso de este material mejoraría sensiblemente las baterías de nuestros terminales. Se estima una duración 10 veces mayor a la mejor batería actual en el mercado y otorgaría una autonomía al terminal de varios días entre carga y carga, llegando a una semana.
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